El aprendizaje es crucial para la vida de todo ser humano pues es la herramienta que nos permite desarrollar todas nuestras capacidades y asimilar los valores y conductas propias de la sociedad en la que vivimos para lograr nuestra integración. El aprendizaje es un proceso que se da a lo largo de la vida y debe adaptarse a las necesidades de todo individuo.
El aprendizaje supone una habilidad que tiene todo ser humano para adquirir nuevos conocimientos, destrezas, hábitos… Aunque se intenten separar los términos de enseñanza y aprendizaje, están estrechamente relacionados pues dependen el uno del otro. El objetivo del proceso enseñanza-aprendizaje debe ir encaminado al logro de un aprendizaje autónomo, de aprender a aprender.
El aprendizaje para que sea eficaz y perdurable debe sustentarse en tres rasgos básicos:
· Aporta un cambio duradero.
· Transferible a nuevas situaciones.
· Surge como consecuencia directa de la práctica realizada.
El aprendizaje supone una reorganización de los conocimientos ya adquiridos por parte del educando y se consolida gracias al proceso de enseñanza previamente planificada, tarea del educador.
El modo en el que aprendemos implica un proceso que tiene las siguientes fases indispensables:
· Sensibilización: es la fase en la cual se pone en marcha el aprendizaje y está marcada por el interés y la motivación del alumno.
· Atención: facilita la adquisición de esos nuevos conocimientos.
· Adquisición: supone la comprensión, retención y transformación de esos conocimientos.
· Personalización: se hacen propios esos conocimientos, se reorganizan en las estructuras mentales propias de cada educando.
· Recuperación: se trata de recuperar esos conocimientos ya adquiridos cuando algún momento lo precise.
· Transferencia: supone la capacidad para trasladar los conocimientos a otros ámbitos o circunstancias diferentes.
· Evaluación: sirve para comprobar si se ha logrado el aprendizaje de dichos conocimientos.
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